Poseo en este instante 5 motivos para desgarrar esta abismante penumbra que rodea la locura de la soledad. Saciar esas ansias inciertas al momento de romper el silencio, permitirse soñar mas allá de aquellos pétalos que no terminas jamas de deshojar. Alimentar esa hambre de triunfo tal niño glotón al que rompes la burbuja de la disciplina instaurada hacia la mismísima esencia de la aventura.
Si no hay nada que perder, de que sirve indagar en lo eventual de lo que aun no se a concretado. Hacer de tu alma tan delicada como la piel de un globo al asecho de un terrorista intentando modificar tu pensamiento, embrujando tus sentidos al contacto de tus labios con el agridulce pero simpaciente albaricoque estacional.
Hablar de miedos, sentimientos, reflexiones, dudas y percepciones hasta sentir nauseas que tratan de recordarte que la ansiedad te puede traicionar al mínimo contacto entre tus parpados.- Morderse los labios al ver los tuyos sonreír Y es que parece que fue solo un par de ocasos atrás la primera vez que tu carisma destruyo esta incertidumbre, buscando en tu ensueño veredas sinusiosas donde abrazar un amanecer.
Aspirar de tu perfume. Tú cabello al viento jugueteando con él. Atisbar tu alborozada juventud radiante esperando la estrella aparecer.
Es bonito estar entre tus aprendizajes en medio de mil y una noche. Evocando reconquistar anhelos por sobre el desasosiego revisando apuntes fallidos con el unisono de tu mascullar y la cálida sensación de degustar a tu lado un chocolate caliente.